Mucho se habla acerca de los efectos que tiene el estrés laboral, sobre la salud psicológica y física de los trabajadores; así como, de su impacto sobre las organizaciones en las que aquellos hacen vida. La OMS, considera al estrés como la «gran epidemia global del Siglo XXI» y sostiene que sus costes en un futuro, representarán el 1,3% del PIB mundial.

Las causas más comunes de estrés en el trabajo son los riesgos psicosociales relacionados con la organización del trabajo, el diseño del trabajo y las condiciones de empleo. Curiosamente, se trata de los mismos factores que suelen estar relacionados con la otra cara de la moneda: «El Aburrimiento en el trabajo», de cuyas manifestaciones no se conoce demasido hasta el momento; pero si de sus consecuencias, que podrían traer consigo el deterioro del bienestar integral y eventualmente la absentismo -o bien el presentismo- laboral.

El “Síndrome de Boreout»

Es una categoría reciente que surge para bautizar un mal que desde hace un tiempo ya ronda por las organizaciones, afectando en mayor medida a quienes permanecen desmotivados o desempeñan tareas muy monótonas.

El Boreout fue descrito por primera vez en marzo del 2007, en la obra intitulada «El nuevo síndrome laboral: Boreout” de Phillippe Rothlin y Peter R. Werder.

Existe muy poca investigación al respecto; sin embargo, los autores, sostienen que este síndrome es el opuesto del “Burnout” y se compone básicamente de tres elementos:

1. El Aburrimiento: el desánimo se acompaña de un estado de desorientación, debido a que el trabajador pierde la perspectiva y no sabe lo que debe hacer.
2. La Infraexigencia: el trabajador mantiene la sensación de “poder rendir más”, pero se rinde ante la monotonía y la repetitividad de sus tareas.
3. El Desinterés: debido a la falta de identificación con el trabajo.